
¿Cuál es el tema principal de Nina y cómo lo desarrollaste a lo largo de la historia?
NINA es una novela de coming-of-age; esto es, sobre el crecimiento psicológico y moral de sus dos protagonistas.
En primer lugar, nos muestra la evolución de Nina, una joven de dieciséis años, que descubre la realidad histórica del momento en que vive (la Transición en los años 76-78) y algunos secretos de familia. Pero, también, la que sufre su melliza, Sofía, la narradora de la historia, cuarenta años más tarde.
Ambos personajes encarnan dos perspectivas vitales tópicas, la comprometida y responsable de Nina, y la alocada y ausente de Sofía. Y ese es el tema principal de la novela.
¿Cómo se desarrolla a lo largo de dicha novela? Sofía descubre los diarios de Nina y a través de ellos constata la transformación de su melliza. Asimismo, los secretos que conoce por su hermana fallecida son los que producen su tardío, pero necesario, cambio vital.
¿Cuál fue tu inspiración para escribir este libro?
Por un lado quería escribir sobre la Transición (años 75-81), época que viví con una edad parecida a la de mis personajes, y contar lo que pasaba desde la perspectiva de la gente normal y corriente. Quería mostrar cómo se viven los acontecimientos importantes desde esas dos actitudes vitales que son el tema central: la de los que son conscientes de lo que pasa y la de los que solo viven en su mundo particular, ajenos a la problemática común.
Para inspirarme revisé muchos documentos escritos y audiovisuales sobre la época. También releí novelas con protagonista femenina en primera persona que me gustaron en su momento y que sentía cercanas a lo que pretendía hacer: Entre visillos, de Carmen Martín Gaite, o Primera Memoria de Ana María Matute, incluso La plaza del diamante de Mercè Rodoreda.
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