
Marisol Pérez Urbano es filóloga y profesora de literatura. El 11 de marzo de 2004 su hijo Rodrigo fue una de las 193 personas asesinadas en el atentado que se produjo ese día en la ciudad de Madrid. A continuación, nos habla de su libro Dinos dónde estás y vamos a buscarte.
¿Cómo se gestó esta obra?
Se me ocurrió hace dos años, cuando tuve que revisar las bitácoras en
las que llevo escribiendo desde 2005. Quería cambiar de hosting y al
hacer limpieza de textos me di cuenta de la cantidad de material, de
sentimientos y de datos que tenía juntos. En principio eran escritos de
recuerdo y denuncia que escribía como desahogo y para compartir con mi
familia y amigos. De pronto comprendí que toda aquella información y
tantísimas emociones podían reunirse en un libro.
Ésta es la intrahistoria del atentado del 11M…
Sí. La historia con minúsculas, la de la gente corriente, como nosotros.
Es un término que acuñó Unamuno para referirse a lo que vivimos las
personas de a pie y no sale en las noticias, y que se enfrenta al
concepto de Historia (con mayúscula), que es la que narra los sucesos
que el poder considera significativos.
¿En qué medida te ha ayudado poner sobre papel el proceso de duelo y de denuncia a lo largo de estos 15 años?
A mí misma me sorprende la cualidad terapéutica de la escritura. Desde
que terminé el texto siento una especial liberación. He luchado y
llorado mucho durante estos largos quince años. Contar lo que ha
supuesto el asesinato de nuestro hijo ha sido catártico. Confieso que me
emocioné muchas veces mientras lo hacía, pero también que su afán
reivindicativo sublimaba el sufrimiento. No me resulta fácil hacer esta
demostración pública de intimidad emocional, siempre he sido de
carácter discreto; pero merece la pena si sirve para preservar la
memoria digna de lo ocurrido. Lo hago por Rodrigo (es lo único que puedo
hacer ya por él) y por los otros 192 asesinados. Y los más de 2000
heridos.
Al profundo dolor por la muerte de tu hijo, se sumó la
infame manipulación de un gobierno y de unos medios de comunicación
para ocultar sus responsabilidades…
Han sido muchos años de infundios crueles e innecesarios que solo
pretendían disimular su mal hacer. Imágenes sangrientas, vídeos
horrendos, detalles removidos una y otra vez, portadas sensacionalistas,
ruido mediático. Con todo sembraron de desconcierto y de duda a las
gentes sencillas y de desconsuelo a los que lloramos ausencias o
cargamos secuelas de por vida. Nadie se ha hecho responsable. Nadie ha
pedido perdón. Ni de las manipulaciones en las horas posteriores a los
atentados, ni de la campaña conspirativa subsiguiente, que se prolongó
demasiado tiempo y se ha reavivado en excesivas ocasiones.
15 años después del 11M, ¿en qué situación se encuentran las familias de las víctimas?
Las familias somos una dramática mezcla de sillas vacías y corazones
rotos, de heridos y de supervivientes, pero contamos con el apoyo y la
solidaridad de muchas gentes de bien. En ocasiones parece que nos vence
el desánimo y el cansancio, pero termina ganando el afán de seguir
avanzando. El paso del tiempo nos ha serenado, aunque no es sencillo
volver a enamorarse de la vida. Y menos aun cuando golpea una y otra
vez, con maledicencia, con infundios, con desempleo, con enfermedades
sobrevenidas y nuevas, con desahucios, con secuelas físicas y psíquicas.
Pero juntos tenemos la fuerza suficiente y seguimos luchando. Siempre
luchando.
¿Te gustaría añadir algo más?
Agradezco mucho la oportunidad de contar nuestra historia personal, que
no es más que una muestra entre las de otros muchos. Porque los heridos y
familiares seguimos necesitando ayuda todavía. Y para nuestra
recuperación es fundamental que el recuerdo de nuestra tragedia no esté
manchado de mentiras.
Hago un llamamiento a las instituciones y a nuestros conciudadanos para
que no dejen de apoyar a nuestra Asociación 11-M Afectados por
terrorismo y les ruego que no olviden aquella frase solidaria de los
primeros días: todos íbamos en esos trenes.