Pomporrutas y otros palabros

Cuando me encontré con este meme me reí mucho y por eso he investigado un poco al respecto.

Hay un término lingüístico para definir la sustitución de unas palabras por otras que suenan parecido: PARAFASIA.

Pero es un trastorno del habla, una clase de afasia, que se produce como consecuencia de una patología cerebral. Es la pérdida de capacidad de producir o comprender el lenguaje debida a lesiones en áreas cerebrales especializadas en estas funciones.

Y no es el caso.

Por lo que parece  el término que define este tipo de errores fonéticos todavía no se recoge en el diccionario de la RAE, aunque el académico Manuel Seco habló de ellas. Pero está perfectamente datado en internet: POMPORRUTAS. Y parece también que se ha elegido esa palabra basándose en el título de un corto de Fernando Colomo y en la forma en que se define el fenómeno en inglés.

¿Y cómo se ha llegado hasta ahí? Vayamos por partes, como Jack.

Pomporrutas imperiales, del año 1976, trata sobre dos amigos de la infancia que se reencuentran en la edad adulta y recuerdan, entre otras cosas, el himno falangista Montañas nevadas, que varias generaciones de niños, como ellos, se vieron obligadas a cantar a coro durante la dictadura franquista. Uno de los protagonistas descubre entonces que siempre lo cantó mal, pues, en vez de «voy por rutas imperiales», decía «pomporrutas imperiales».

Y resulta que en inglés la periodista Sylvia Wright  acuñó el término mondegreen por la misma razón lingüística: porque interpretó el verso de una balada escocesa, And laid him on the green, como and lady Mondegreen.

Vamos, que viene a ser lo mismo.

¿Y cómo se crea una pomporruta?

Por una serie de mecanismos conscientes e inconscientes.

En primer lugar, puede ser por un cierto lapsus auditivo (agravado quizá por el «ruido» comunicativo de los instrumentos o las voces mal empastadas del coro), una pizca de despiste contextual y también un componente de reanálisis con algo de búsqueda desesperada de palabras familiares.

Luego, como suele pasar con este tipo de errores, lo puramente inconsciente y espontáneo puede convertirse en consciente y deliberado. Así, a una pomporruta error inicial y que nos hace gracias la mantenemos aposta; este podría ser el caso de «no te enamores, ojos de rana», que cantan algunos en lugar de «no te enamores, compostelana» en la famosa canción de la tuna. En ocasiones el cambio se ha producido conscientemente desde el principio, con intenciones jocosas («¿No es verdad, ángel de amor, / que en esta apartada orilla / se está friendo morcilla / y hasta aquí llega el olor?»).

Breve antología pomporrutera

Pomporrutas célebres son Juan Talavera por guantanamera como explica en el meme.

Imposible el alemán, por impasible el ademán en el himno de Falange, que varias generaciones también cantaron así.

Te parto la boca por tu párvula boca, en Piensa en mí de Agustín Lara.

Bienvenidos al concierto/ gracias por estar aquí/ vuestro impulso nos hará ser esqueléticos, por seres eléctricos  Bienvenidos de Miguel Ríos.

Y hasta en los juegos infantiles, como el churro: donde algunos dicen manga, media manga, mangotera por manga, media manga, manga entera.

¿Se os ocurre alguna pomporruta más? De los soramimi hablaremos en otro momento.

A vueltas con las concordancias

Andaba yo leyendo un artículo de Pérez Reverte, «Mujeres con tacones rotos» cuando me encontré un error de concordancia. Así, por las buenas, en el primer párrafo:

…están en su lugar acostumbrado, intentando sacarle algo a los turistas.

Pues sí. Pillé al experimentado periodista, afamado escritor y eximio académico comentiendo un error de principiante. Y es que el pronombre LE debería estar en plural. Porque LES se refiere al sustantivo turistas y debe concordar con él.

La verdad es que en la lengua oral es un error muy común. También que no es admisible en la más cuidada lengua escrita. Y que seguramente es una errata y no un problema gramatical del autor. Pero me sirve para ejemplificar uno de los problemas de concordancia más típicos del castellano.

Las clases de Lengua Española que pueblan todo nuestro sistema educativo insisten en que conozcamos ciertos conceptos y que apliquemos con soltura reglas gramaticales precisamente para eso: poder entender nuestro propio idioma y manejarlo con soltura. Aquí se ve cómo necesito apelar a la concordancia para explicar el error de Pérez Reverte. Es obvio que para otras cuestiones más peliagudas hay que echar mano de otros términos o procedimientos más complicados.

Un poco de gramática

En principio, la concordancia (o flexión) es un fenómeno gramatical que consiste en la coincidencia de accidentes (o variaciones) entre dos o más palabras variables. Así, por ejemplo, nombre y adjetivo pueden concordar en género (masculino/femenino) o en número (singular/plural): libro nuevo, ventanas rotas.

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Un test de ortografía

No pensaba escribir durante estos días de vacaciones, pero he encontrado un cuestionario en Verne, de elpais.com, donde se ponen en práctica los homófonos de difícil ortografía de mi artículo anterior.

Javier Bezos, lingüista y miembro de Fundéu, comenta a Verne que las consultas ortográficas que más recibe la web de esta fundación se dividen en los siguientes bloques: las tildes diacríticas de los pronombres interrogativos, las comas, los prefijos y la unión y separación de algunas palabras, como «enseguida» o «aparte«. De hecho, nos cuenta, la página dedicada a asimismo, así mismo y a sí mismo es la más visitada de su web: se ha consultado más de un millón de veces. Siguiendo estas indicaciones y las preguntas frecuentes que recoge la RAE en su web, hemos elaborado un breve test de ortografía. Por si alguien tiene que prepararse unas oposiciones y necesita entrenamiento.

Así que os recomiendo que lo intentéis. A ver qué tal os sale. Y mientras tanto ¡¡felices fiestas!!

PARA HACER EL CUESTIONARIO CLICA AQUÍ: HACER EL TEST

Palabras de difícil ortografía

Planteamiento general

Esta semana voy a revisar algunos errores ortográficos muy usuales. Pero permitidme una licencia, ya que la semana pasada hablaba de ellos, empezaré con unos gentilicios de capital de provincia. No es que se usen muchísimo, pero son los más problemáticos ortográficamente, porque su topónimo (el nombre del lugar) y el adjetivo gentilicio son muy dispares. Atención a ellos:

  • Ávila (que se escribe con uve) tiene como gentilicio abulense ( que lo hace con b)
  • Huesca (con hache) y oscense (sin ella) tienen unas características parecidas
  • Huelva (con hache y con uve) y onubense (sin hache y con b) es ya el colmo ortográfico ¿no os parece?

El asunto de los homófonos

Homófonos son esas palabras que suenan igual, pero se escriben distinto y como son palabras distintas tienen distinto significado. Son los que más a menudo veo mal escritos y siempre repaso con mis alumnos. Los que cito a continuación van en orden alfabético, no de mayor o menor uso.

  • a sí mismo es el reflexivo: Se ve a sí mismo en el espejo
  • así mismo indica modo: Me tomo el café así mismo (sin azúcar)
  • asimismo empezando una oración con el significado de además, también: Asimismo, serán resueltas en el plazo de dos días
  • basto, tosco, vulgar, grosero: Tiene un acabado muy basto
  • vasto, extenso, amplio: Muestra vastos conocimientos de leyes
  • calló, del verbo callar: Tras dos horas hablando, calló sin más
  • cayó, del verbo caer: Tropezó y se cayó al suelo
  • a ver, a mirar: Va a ver qué pasa allí.
  • a haber, preposición y verbo haber con idea de obligación: Va a haber que irse de aquí, hay demasiado ruído
  • halla, del verbo hallar, encontrar: Halla el porcentaje de...
  • haya, del verbo haber: El que haya escrito esto, no quiere decir nada.
  • haya, árbol: Las hayas son mágicas en ese romance
  • aya, nodriza (palabra arcaica): Su aya la había cuidado desde muy niña
  • hojear, pasar las hojas: Hojear el libro, no es leerlo.
  • ojear, echar un vistazo, mirar: Ojéalo y dime si te gusta.
  • por qué equivale a por qué razón y se utiliza en preguntas y exclamaciones. Es la más usada: ¿Por qué lo preguntas? (interrogación directa). No sé por qué. Lo siento. (interrogativa indirecta)
  • porque, conjunción que responde a una pregunta, indica siempre la causa: ¿Por qué saliste? Porque era la hora. También es muy usada.
  • porqué es un nombre y por eso va siempre precedido de artículos (el, los) o cualquier determinante (mi, ese, etc…). Si me dices el porqué, lo entendería. Mis porqués me los quedo para mí. Tiene mucho menos uso.
  • por que es el pronombre relativo (equivale a por el/la que y sus plurales). Se refiere, pues, a un antecedente. Dime la razón por que hablas a gritos. Se usa muy poco, suena arcaico y forzado
  • sino, conjunción adversativa que expresa una contraposición entre dos términos: No quiero éso, sino aquéllo
  • si no, expresa una condición negativa. Equivale a decir en el caso de que no. Por ejemplo: Si lo sabes hacer, hazlo; si no, otro lo hará
  • vaya, del verbo ir: Cuando vaya a la cocina, avísame
  • También interjección: ¡Vaya, qué bien ha salido!
  • valla, pared metálica o similar. Separan los terrenos colindantes con una valla

Dos palabras especiales

Finalmente dos manías de un tiempo a esta parte: IBA/IVA que se produce por confundir el Impuesto sobre el Valor Añadido con el imperfecto del verbo ir. Constato que se da en hablantes poco lectores, que ven más veces escrito IVA en folletos y anuncios que el verbo IR en pasado (IBA). Tengo la sensación, no obstante, de que va desapareciendo como falta ortográfica.

Y permitidme que añada una nueva, que viene del uso de una escritura rápida en las redes sociales SOBRETODO/SOBRE TODO. Y es que no, no se escribe junto en una palabra.

Sobretodo es un gabán, una especie de gabardina que se pone encima del traje. Según el Diccionario panhispánico de dudas, sobre todo, que quiere decir ‘principalmente, especialmente’, se escribe siempre en dos palabras, mientras que sobretodo, que significa ‘prenda de vestir, larga y con mangas, que se lleva encima de las demás prendas’ y que en América se emplea como sinónimo de abrigo, se escribe en una palabra.