Por qué la docencia
Cuando acabé filología decidí ser profesora porque me pareció un oficio apasionante. Porque es transformar, llegar a los corazones y dejar huellas. Y porque enseñando se está aprendiendo siempre.
Siempre he defendido que enseñar Lengua es una tarea importantísima, ya que el idioma conforma el pensamiento. La claridad mental requiere palabras precisas y resulta muy emocionante ver cómo los alumnos progresan en ese sentido.
Enseñar Literatura es abrir los ojos y el corazón a los sentimientos e ideas de todos los tiempos. También a nuevos mundos en los que vivir mil vidas. O hacerlas vivir a otros si se escribe.
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La primera noticia de la publicación de «Dinos dónde estás y vamos a buscarte»

Ya estamos anunciados en el catálogo de la Editorial Indicios (Urano)