
Sinopsis
Tras un incidente en el metro, la vida de Miguel sufre un cambio radical. Perseguido por una “retorcida masa negra”, es incapaz de volver a la vida de clase media que llevaba sin cuestionarla. Su madre, una recatada joven y un olvidadizo compañero de piso intentarán traer a Miguel de vuelta al mundo mientras su padre encuentra en un sonriente perro al perfecto sustituto de su hijo.
La autora
Almudena Ramírez-Pantanella, la joven ganadora de la edición 2015 del Premio de Teatro Calderón de la Barca, ya había estrenado con éxito la obra «¡Es lunes!» en el Teatro Lara de Madrid. El jurado le ha concedido este premio, por mayoría, a su obra Los amos del mundo, por mostrar el retrato de la subjetividad extrañada de la juventud, por un planteamiento escénico innovador y por la interesante combinación de elementos de la dramaturgia clásica y contemporánea. El jurado, además, ha resaltado la expresión de un mundo dramatúrgico muy personal en su obra.
Notas de la autora
Cuando visité Pompeya me impactaron los cuerpos convertidos en escultura, que retratan el momento justo en el que el cuerpo deja de ser carne viva para convertirse en objeto perenne. A través de los objetos y de los cuerpos-objetos pompeyanos, el guía nos explicaba cómo vivían nuestros antepasados. Y yo pensé en que lo único que sobrevive al tiempo son los objetos.
Son los amos del mundo. Durante el tiempo que vivimos, creemos -como Miguel- ser nosotros esos amos del mundo. Pero solo los objetos tienen ese halo de permanencia. Ellos son los que se quedan para contarles la historia a quienes vengan más adelante.
Entonces imagino que la única manera de ser es arropado por la multitud. La multitud es el único motor generador de algo. Es en donde se puede encontrar la fuerza y el poder de ser los amos del mundo. Aún dentro del delirio de nuestra época, marcado por la omnipresencia del dinero, debemos concienciarnos de que no somos ni seremos jamás los amos del mundo. Morimos.
Mi opinión
Espectacular. No soy experta en teatro, pero Los amos del mundo me parece un texto magnífico. Tiene regustos del absurdo (Esperando a Godot, La cantante calva), y como en ellas un fondo de angustia existencial. Lo novedoso es que la acción (si es que podemos llamarla así) sucede en este siglo XXI, con unos personajes veinteañeros que muestran la problemática actual. Por ejemplo, las dificultades para encontrar un trabajo que permita independizarse, el afán hiperprotector de los padres modernos, la banalidad del consumismo…
Apenas hay una trama, no se respetan las unidades aristotélicas de tiempo, acción o lugar y algunos personajes son puros fantoches, pero es muy legible. Me han gustado muchísimo las referencias musicales de todo tipo, muy al hilo de las situaciones. Y la ironía.
Sumamente interesante. Supongo que todavía ganará más representado. Seguiré leyendo textos de esta autora.