
«Pasan los años, pero no nuestro amor, hijo, que es el dulce lazo que nos une en la distancia.
Pasan los años y nos dejan un vacío mareante en el estómago y una herida que se reabre a ratos en el alma.
Pasan los años. Es un vértigo el tiempo. Porque el pasado en que estabas se quedó muy atrás, y el presente sólo tiene discretos aromas de tu vida.
Un año más: un año menos que nos queda para volver a verte.
Vives en nuestro corazón, nos abrazas dormidos, velas nuestros pasos, brillas desde la estrella que nos manda luces y cascabeles de risas.
Mil abrazos de oso, mil sueños amables, mil sonrisas y bailes, mil canciones y juegos. En medio de esta vida para siempre ya ausente de ti nos queda todavía … la esperanza, que es … alegría, alegría, alegría.» …