
«Matar un ruiseñor (título original en inglés: To Kill a Mockingbird) es una novela de 1960 de la escritora estadounidense Harper Lee. Su publicación tuvo un éxito instantáneo, ganando el premio Pulitzer y pasando a convertirse en un clásico de la literatura estadounidense. La novela está inspirada en las observaciones de la autora sobre su familia y sus vecinos, así como en un incidente ocurrido cerca de su ciudad en 1936, cuando tenía 10 años de edad.» (Fuente: Wikipedia)
Hace mucho tiempo vi la película y me gustó. Estos días, que he encontrado la novela, me pareció interesante compararlas. Y eso he hecho: leer el largo texto y revisionar la cinta.
Lo primero que comento es que me han sorpendido las fechas. Como el film es en blanco y negro, creía yo, pobre de mí, que se había rodado en los treinta o cuarenta, poco después del crack del 29 y la depresión económica de la que habla. Ha sido una gran sorpresa descubrir que el texto es de 1960 y, consecuentemente, la peli de 1962. No lo parecen. Y no solo por la ambientación, sino porque las técnicas elegidas, tanto el film como la novela, no son nada novedosas .
Temática
«Matar un ruiseñor muestra una comunidad dominada por los prejuicios raciales, la desconfianza hacia lo diferente, la rigidez de los vínculos familiares y vecinales. Y con un sistema judicial sin apenas garantías para la población negra. Un auténtico clásico de la literatura estadounidense del siglo XX que ha cautivado a millones de lectores. En 1962, Robert Mulligan la llevó al cine es una oscarizada producción con Horton Foote y Gregory Peck en los papeles protagonistas.» (Cuentan en quelibroleo.com)
Sinopsis
Jean Louise Finch, (Scout para los amigos, la protagonista), escribe en primera persona los años de su infancia en Maycomb (Alabama, USA). Junto con su hermano Jem y su amigo Dill, narra aventuras infantiles tópicas, a la vez que explica (con la supuesta inocencia de una niña) las actitudes clasistas y racistas de la comunidad en la que viven. Después de tres años de cursos aburridos y diversiones veraniegas, se produce el hecho capital de la trama: el juicio en el que su padre tiene que defender a un hombre negro acusado de violar a una mujer blanca. Y aunque demuestra que no hay pruebas, el jurado lo declara culpable.
Intención
El mensaje antiracista es claro, por él se ha convertido en título imprescindible en los centros escolares norteamericanos. Leí la novela con la película en mente, pensando que encontraría más profundidad y materiales en ese sentido y que la iba a disfrutar. Confieso que fue una decepción.
Crítica
Catorce de los veintiún capítulos narran prolijamente los meses previos al juicio, con anecdotillas infantiles bastante simplistas que a mí me aburrieron. Ni remotamente parecidas a las que describe con tan buena mano y aguda ironía Mark Twain en Tom Sawyer o Huckleberrry Finn. Tampoco tan tiernas y emocionantes como las de LM Alcott en Mujercitas. En ese sentido, el guión de la película las redujo a la dosis estricta y necesaria, podando los excesos, y hasta les dio lustre. Pocas veces he podido decir que una película me ha gustado más que la novela en que se basa, pero aquí lo afirmo con toda rotundidad.
Porque, aunque soy lectora compulsiva, me costó leerla. Me pareció anticuada y pesadísima. Otra cosa, a mi entender, es que se considere una novela de culto por las actitudes racistas que denuncia. Desde luego no solo estababa de actualidad en 1960, en plena fase crítica de lucha por los derechos civiles, con activistas como Rosa Parks o Martin Luther King. Eso es lo triste, que han pasado sesenta años y todavía hay que leer la novela para deshacer los postulados racistas que muchos niños aprenden en casa.
Es interesante como crítica social, pero bastante mediocre literariamente. Desde luego está lejísimos de otra novelas contemporáneas del momento. Además de necesitar una buena poda en la primera mitad, que agilice la trama, y del extraño uso del tiempo interno, la primera persona narrativa no está bien trabajada. La voz narradora es a la vez una niña inocente y una adulta que recuerda. Y Harper Lee no la sabe hacer funcionar bien. Así que, ni en ese punto de vista tan tradicional, la novela está bien resuelta.
En conclusión
No me importará volver a ver la película. Es excelente. Sin embargo, no pienso releer la novela jamás. Y no me explico cómo se las apañan los pobres estudiantes que lo tienen que hacer obligatoriamente.