
Más de treinta mujeres me recibieron ayer en Villaluenga de la Sagra y me colmaron de regalos y de afecto. No sé cómo mantuve las emociones a raya, hasta que luego, en casa, caí rendida.
El libro de Rodrigo me lleva por mil vericuetos geográficos y emocionales, pero en todos encuentro a gente maravillosa. Muchas gracias a todos.